Hola, mi nombre es Gema Romero Sardón y soy arquitecta técnica. Me gradué en el año 2002 y estuve ejerciendo durante 13 años. En noviembre del 2013 abrí mi centro Kumon en Leganés. Anteriormente estuve formándome para poder ejercer mi actual profesión.

Te preguntarás cómo acabé siendo orientadora de Kumon; pues bien, si estás leyendo esto, es porque estás buscando una actividad extraescolar educativa para tu hijo. Eso mismo me ocurrió a mí: por aquel entonces, mis hijas tenían 4 y 2 años y decidí ponerme manos a la obra para buscar «algo» que me ayudara a educarlas. Por una casualidad de la vida, abrieron un centro Kumon cerca de mi domicilio.

No puedo negar que al principio me dio algo de «miedo» cambiar de profesión, pero gracias a mi esfuerzo y empeño y, sobre todo, a los profesionales de Kumon que creyeron en mí, me animaron y motivaron, hoy en día puedo decir que he conseguido encontrar mi verdadera vocación. Por eso, creo que, si nos esforzamos y estamos lo suficientemente motivados, nuestros sueños se pueden cumplir. Eso es lo que intento inculcar desde el primer día tanto a mis alumnos como a sus familias, y me esfuerzo cada día por encontrar la mejor manera de ayudarlos.

Desde el primer momento me enamoré del método. Me pareció fascinante ver cómo los niños eran capaces de empezar a desarrollar habilidades que les permitían enfrentarse, de una manera cada vez más eficaz, al material que les proporcionaban los orientadores. También me resultó increíble que, en ese proceso, fueran ganando seguridad en sí mismos y, poco a poco, las tareas del colegio les resultaran cada vez más fáciles, consiguieran obtener mejores resultados y aumentara su rendimiento.

Con el paso del tiempo, me he dado cuenta de que cualquier niño, independientemente de su edad, su curso escolar, su capacidad académica o sus dificultades de aprendizaje, puede desarrollar su potencial y mejorar. Creo que la constancia y la perseverancia son dos factores fundamentales para tener éxito en la vida; con Kumon, los niños experimentan esto y poco a poco van ganando motivación y ganas de aprender. Es increíble lo que pueden llegar a ser capaces de hacer con la motivación adecuada.

Además de orientadora, soy madre Kumon y creo que esto me ha ayudado a entender mejor a las familias que se acercan a mi centro, empatizar con ellas y ayudarlas a encontrar soluciones para que su experiencia sea más positiva y consigan comprender el proceso de aprendizaje de sus hijos.

Lo que más me gusta de mi trabajo es que nunca se deja de aprender, por lo que sigo formándome y aprendiendo. Siempre que me lo ofrecen, participo en grupos de trabajo y seminarios junto con otros orientadores de Kumon para conseguir mejorar mis habilidades como orientadora. Además, es muy satisfactorio ver que mis alumnos van superándose día a día, aprenden a ser pacientes y seguros de sí mismos y poco a poco pierden el miedo a enfrentarse a cualquier reto que se les proponga.

¿Te imaginas qué puede llegar a ser tu hijo el día de mañana habiendo desarrollado estos aspectos con Kumon? Si queréis probar el método, las puertas de mi centro están abiertas para recibiros. ¡Os esperamos!