Susana Olmos: «Ser orientadora de Kumon es una tradición familiar motivada por la eficiencia del método»
Hace poco más de un año, Susana decidió dar un giro a su trayectoria profesional y cambió el mundo del turismo por el de la educación. Siguió los pasos de su madre, una de las orientadoras más veteranas de Kumon España, y de su hermana Anna. Susana dirige el centro Kumon Sant Joan Despí - Torreblanca, que tiene más de 100 alumnos, entre los que se encuentran sus tres hijos.
Susana es hija de una de las primeras orientadoras de Kumon en España y trabajó con ella como asistente. Ahora dirige el centro al que asisten sus tres hijos: «Ser orientadora de Kumon es una tradición familiar motivada por la eficiencia del método. Mi vinculación con Kumon viene desde hace mucho porque soy hija de una de las primeras orientadoras del método en España. Con ella tuve la oportunidad de conocer el método durante mis años de universidad trabajando como asistente en su centro», nos explica.
«Todo lo que aprendí como asistente en el centro de mi madre me hizo ver que Kumon debía estar presente en la vida de mis hijos»
La relación tan cercana que Susana tuvo con el método Kumon le hizo apreciar los beneficios del método y, por ello, decidió dirigir un centro Kumon y ser orientadora de sus hijos: «He podido apreciar de cerca los beneficios que el método ha aportado y sigue aportando a mis hijos tanto a nivel académico como personal».
La capacidad de esfuerzo y trabajo diario, la satisfacción de alcanzar los retos que se proponen y las habilidades autodidactas que han ido adquiriendo sus hijos los han ayudado a ser personas competentes, más responsables y autónomas. «Estos valores les proporcionan mucha seguridad y confianza en sí mismos y los acompañan en su día a día. Sé que los seguirán acompañando en el futuro, al igual que al resto de mis alumnos», comenta la orientadora.
«Me quedo con la cara de mis alumnos ante un "¡Lo conseguí!"»
A Susana, elegir el momento más emocionante en Kumon le ha resultado difícil, pero ha podido decidirse: «Me quedo con la cara de mis alumnos ante un "¡Lo conseguí!"».
Uno de los aspectos que más le gusta del método es que es totalmente personalizado y respetuoso con la capacidad y el ritmo de aprendizaje de cada alumno. «Mi labor como orientadora es mantener la motivación de mis alumnos ofreciéndoles un plan de estudio diario con el que podamos ir marcando objetivos muy concretos que los ayuden a desarrollar sus capacidades y los guíen hacia el aprendizaje autodidacta, de modo que se trabaja su autonomía», afirma.
Los próximos años
Susana afronta los próximos años con ilusión y confianza. Su mayor deseo es acercar el método Kumon al máximo número de niños posible para enseñarles a ser autodidactas. «No existen límites para el aprendizaje y no hay nada que me motive más que ver a mis alumnos crecer académicamente y como personas», concluye.
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