Olga Alonso: «Durante y tras la pandemia el centro ha crecido exponencialmente»

Desde hace 15 años, Olga dirige el centro Kumon La Eliana - Cortes Valencianas, que tiene cerca de 150 alumnos. Olga, que había sido profesora de Matemáticas en un instituto, dejó las ciencias biológicas para hacer realidad el sueño de volver a la enseñanza de la mano de Kumon por la solidez y confianza que le trasmitía como método educativo: «Kumon es un método que potencia las capacidades de cada alumno, independientemente de sus características particulares», nos dice.

Además de orientadora y directora de su centro Kumon, Olga es madre de un niño de 5 años que aprende con Kumon Matemáticas, Kumon Lectura y Kumon English: «La experiencia que tengo como madre con Kumon en casa ha añadido una perspectiva diferente y me ha permitido hablar con las familias desde mi experiencia personal, sabiendo realmente lo que ocurre en casa y comprendiendo las emociones y dudas que surgen cuando el método entra en el hogar. En definitiva, me ha ayudado mucho en la comunicación con las familias».

Los primeros años

Durante los primeros años el crecimiento del centro fue gradual: «Hace 15 años el crecimiento de alumnos era más lento. El primer año tuvimos 30 alumnos y leves aumentos los dos años siguientes. Eran momentos de formarnos y de ir proyectando el plan económico a corto plazo», nos cuenta.

Poco a poco el centro fue creciendo, Olga cuenta con una persona que la apoya desde el principio y dos personas más que se incorporaron dadas las necesidades originadas por el crecimiento del centro. «Durante y tras la pandemia, y con el cambio de local, el centro ha crecido exponencialmente», nos cuenta.

Los mejores momentos

Para Olga, el mejor momento es «el presente»; para ella los cambios son vertiginosos pero fascinantes: «La oferta actual del método Kumon cubre las necesidades esenciales de una sociedad que cambia vertiginosamente y donde las bases educativas que aporta Kumon, no solo en contenidos, sino en actitud, valores y desarrollo personal, son percibidas como un sello de seriedad y calidad», nos dice.

«Los alumnos me enseñan a ponerme en su piel»

En Kumon decimos que cada niño es un mundo y aprende de forma diferente. Para Olga lo más importante es «saber ponerme en su piel cada momento, entender los procesos mentales y emocionales por los que van pasando mis alumnos para que el método les sea de máxima utilidad. Ellos me han enseñado que la senda por la que avanzan es tan buena y válida como la que yo les propongo; me han enseñado a no ser tan rígida y eso solo pasa con este método».

Para Olga, el método Kumon es especial porque promueve el autodidactismo desde sus orígenes: «el no depender de explicaciones, la madurez que alcanza un niño cuando es el protagonista de sus procesos de aprendizaje… ese motor es imparable», puntualiza.

Los próximos años

Olga define los próximos años como «emocionantes» por la polivalencia que ofrecen las modalidades de aprendizaje (online, presencial y mixta) y el crecimiento del centro. «El papel del director de centro abarca muchos frentes y hay que saber compaginarlos con la esencia del método Kumon que transmitimos a los alumnos: un buen conocimiento del material, saber orientar de forma adecuada y no dejar de aprender recibiendo formación continua y constante. Los próximos años serán años muy emocionantes», concluye.


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