Anna Di Bartolo: «Con la experiencia del método y la formación que recibimos, el centro seguirá creciendo no solo en alumnos»
Anna conoció Kumon en Sudáfrica y quedó tan enamorada del método que, cuando se trasladó a vivir a Barcelona, abrió el centro Kumon Sitges - CC Oasis en noviembre de 2003. Su primer alumno fue su hijo y hoy en día tiene ya en torno a 200 alumnos, dos de ellos sus nietos.
Los primeros años fueron difíciles porque el método Kumon aún no era tan conocido como lo es ahora, pero los resultados obtenidos en cuanto a la evolución de sus alumnos hicieron que el centro fuera creciendo poco a poco.
«Nunca podría haberme imaginado lo gratificante que es trabajar con niños. Mi mayor satisfacción es el abrazo de mis alumnos cuando consiguen aprender algo por sí mismos o encontrar mensajes de agradecimiento al revisar sus cuadernillos», nos cuenta Anna.
Uno de los mejores momentos en su larga trayectoria en Kumon fue la satisfacción que sintió con su primera alumna concluyente: «Fue un momento increíble tanto para María como para mí. Ella lo había conseguido y yo, de alguna manera, también», nos explica.
«Yo no les enseño nada, mis alumnos aprenden por sí mismos»
Para aprender, los alumnos necesitan apoyo, motivación y pistas que los ayuden a resolver los ejercicios, y Anna nos lo explica: «La formación y la orientación que recibimos de Kumon nos ayudan a guiar a nuestros alumnos para que descubran las respuestas; yo no les enseño nada, mis alumnos aprenden por sí mismos».
La satisfacción de descubrir algo por uno mismo es especial, y eso es lo que hace que el material didáctico de Kumon sea único; los alumnos no solo ven que están adquiriendo conocimientos con el programa que trabajan, sino que también aprenden a ser autodidactas.
Los próximos años
Como a todos, la pandemia pilló al centro por sorpresa, pero trajo más oportunidades de crecimiento y demostró que los alumnos pueden seguir aprendiendo desde casa. «Con la experiencia y la formación que recibimos de Kumon, el centro seguirá creciendo no solo en alumnos, sino que yo misma seguiré desarrollándome como orientadora para ofrecer el mejor servicio a mis alumnos y a sus familias en las tres modalidades de aprendizaje: online, presencial y mixta».
«Quiero dar las gracias tanto a las familias de mi centro, porque sin ellas esto no sería posible, como a Kumon, por darme la oportunidad de dirigir mi propio centro», finaliza Anna.
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