Ana soñaba con ser profesora; Kumon le dio la oportunidad de serlo y no se arrepiente
Desde pequeña, Ana Ferrando soñaba con ser profesora de matemáticas porque quería ayudar a otros niños a amarlas tanto como ella. Por eso, hace 15 años decidió dejar la ingeniería industrial y hacer realidad su sueño abriendo el centro Kumon Paterna - Centro. Hoy en día, tiene cerca de 150 alumnos que desarrollan toda su capacidad de aprendizaje con Kumon Matemáticas, Kumon Lectura y Kumon English.
Además de dirigir su centro Kumon, Ana es orientadora y madre de dos alumnos que hacen los tres programas de Kumon. «Me gustaría que mis hijos fueran concluyentes porque quiero que se sientan orgullosos de sí mismos, que aprendan a aprender y, sobre todo, que aprendan a no rendirse. Kumon les enseña que las cosas no siempre salen a la primera y que no pasa nada porque hay una segunda o tercera oportunidad», nos cuenta.
«El cambio que dan los niños con Kumon es espectacular»
Ana recuerda con nostalgia los primeros años del centro, años de aprendizaje, de descubrir el potencial de aprendizaje de cada niño y de ayudar a desarrollarlo. De esa etapa, sobre todo destaca el impacto que le produjo ver la evolución educativa de sus alumnos: «El cambio que dan los niños con Kumon, al estar en contacto diario con cualquiera de los programas, es espectacular. Por ejemplo, con Kumon Matemáticas su capacidad de cálculo mental se incrementa notablemente, sus habilidades de trabajo (como la atención sostenida, el ritmo y la velocidad) también mejoran y, cuando ves que son capaces de enfrentarse a contenido totalmente nuevo y desconocido, ya es maravilloso».
«El aprendizaje en el congreso de orientadores de Yokohama fue ‘brutal’»
Asistir al congreso de Kumon en la ciudad japonesa de Yokohama en febrero del 2019 es una de las experiencias de aprendizaje que más valora Ana: «El aprendizaje en el congreso de orientadores de Yokohama fue brutal, una experiencia compartida por muchísimos orientadores reunidos en un mismo lugar pensando todos a la vez y en lo mismo. Conocer a la orientadora Umeki, escuchar su historia y aprender sobre cómo ayudaba a sus alumnos fue increíble».
«Si dejas pensar un par de minutos a un alumno, logra comprenderlo por sí mismo»
En Kumon decimos que el profesor es el material didáctico y, por eso, a los profesores los llamamos orientadores, porque median entre el material didáctico y el alumno para mostrarle las pistas y los ejemplos a los que debe prestar atención con el fin de hallar las soluciones; de esta forma, adquiere autonomía y confianza en sí mismo. «Yo enseño a mis alumnos a confiar en sí mismos y a ser más autónomos para que puedan encontrar las respuestas en el propio cuadernillo. Los ayudo a descubrir todas aquellas pistas incluidas en las hojas de estudio», nos explica Ana.
Los próximos años
Ana mira hacia el futuro con ilusión y se ve ayudando a muchos más niños a desarrollar su potencial de aprendizaje. «Veo mi centro como un centro digital-presencial. Creo que con las clases online hemos abierto una puerta que nos permite llevar Kumon a más niños y eso es un gran beneficio tanto para los alumnos como para mí. La calidad de nuestra orientación seguirá evolucionando de forma constante», finaliza Ana.
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