Juegos de comprensión lectora

El juego de modificar el sentido de una frase reagrupando las sílabas de las palabras que la forman al que solemos llamar genéricamente «juego de palabras» o «juego de comprensión lectora» se llama en realidad «calambur». Dicho más sencillamente, el ejercicio consiste en ocultar unas frases dentro de otras utilizando varias propiedades de las palabras, como la homonimia, la polisemia y la paronimia, y agrupando las sílabas de diferentes maneras. Muchas veces, el efecto que buscan los juegos de palabras es humorístico, pero también sirven para evaluar los niveles de comprensión que poseemos.

Un ejemplo de calambur es la popular adivinanza «Oro parece plata no es, el que no lo adivine tonto es», que suele ser uno de los primeros juegos de palabras que los niños aprenden a descifrar, y cuya solución está poco oculta: «oro parece, plátano es».

Asegurarnos de que nuestros hijos poseen un buen nivel de comprensión lectora no solo les proporcionará el goce de la lectura o la facilidad para asimilar contenidos, sino que también les permitirá encontrar y disfrutar nuevos niveles de lectura ocultos dentro de las palabras. Así­, un lector competente sabe que «Armando Esteban Quito» es en realidad un carpintero que se encuentra «armando este banquito» o es capaz de ver que en ¡Ave, César de Roma!» se esconde «A veces arde Roma». Porque no es lo mismo «entrever desaires» que estar «entre verdes aires».

Para conseguir descifrar estas frases, hay que inculcar a nuestros hijos una lectura pausada y reflexiva, como la que se hace en el programa de Kumon Lectura. Solo si entienden lo que están leyendo, los niños serán capaces de encontrar nuevos sentidos a esas palabras o las respuestas a muchas adivinanzas y enigmas:

Si el enamorado fuera bien entendido,

Sabrá el nombre de la dama

y el color de su vestido.

La dama se llama Elena y el vestido es de color morado.

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