Educar mediante la disciplina positiva
Los niños son sumamente demandantes y ceder a sus caprichos puede hacer que nos pierdan el respeto como padres; por eso es muy importante educarlos mediante la disciplina positiva. El objetivo de la disciplina positiva es ayudar a nuestros hijos a ser conscientes de las consecuencias de sus acciones e implica educarlos en la empatía y el respeto como motores de la conducta.
La disciplina positiva se basa en el respeto mutuo, las habilidades sociales, los límites claros, el sentido de pertenencia, la educación emocional, las relaciones familiares y la escucha activa, pero sobre todo se basa en desarrollar el sentido común.
Cómo educar a tus hijos mediante la disciplina positiva
1. Apostad por la comunicación bidireccional: debéis comunicaros con empatía y para ello es necesario establecer un diálogo que te permita ponerte en el lugar de tus hijos; así podrás comprender el porqué de sus acciones y reconducirlas desde el respeto y el cariño.
2. Estableced una relación saludable con el error: nadie nace sabiendo, por lo que no juzgues a tus hijos por sus fallos, pues eso hará que se sientan inseguros; en cambio, enséñales a analizar sus errores y aprender de ellos, a mantener una relación saludable y positiva con ellos y a actuar con madurez.
3. Enséñales a enfocarse en las soluciones y no en los problemas: todo problema tiene un origen y una solución. Analiza con tus hijos el origen de los problemas, pero avanzad juntos un paso más allá y enfocad vuestra atención en buscar soluciones; de esta manera los ayudarás a desarrollar una mente resolutiva, como hacemos con nuestros alumnos en Kumon.
4. No los castigues, enséñales a reflexionar: es mucho más fácil castigarlos para corregir malas conductas, pero esta actitud es la antítesis de la disciplina positiva porque no los ayuda a comprender qué es lo que han hecho mal. Ten mucha paciencia con tus hijos y explícales que toda acción negativa tiene una consecuencia negativa. Por el contrario, toda iniciativa positiva tiene una consecuencia también positiva. Recuerda felicitarlos siempre por sus buenas acciones.
5. Mantén una actitud flexible y conciliadora: intenta ponerte en su piel y pensar como los niños. Recuerda que no podemos estandarizar el aprendizaje porque cada niño piensa, siente y vive de manera distinta; por eso en Kumon defendemos que la educación debe ser personalizada y trazamos un plan de aprendizaje individualizado para cada alumno.
6. Tratad la disciplina positiva como una cuestión familiar: estableced reuniones semanales en las que participen todos los miembros de la familia, se puedan analizar situaciones, conductas, éxitos y fracasos, y todos aporten su granito de arena en la búsqueda de soluciones de forma positiva y, sobre todo, transmitiendo una sensación de unidad y trabajo en equipo.
7. Organizad un calendario de actividades: igual que tus hijos cuentan con un calendario escolar, tened a mano un calendario de actividades familiares, ya que esto los ayudará a ser organizados y puntuales.
8. Hazles preguntas, no les des las respuestas: cuando quieras que tus hijos reflexionen sobre alguna conducta, hazles preguntas que los ayuden a reflexionar en lugar de darles las soluciones ni agobiarlos con un listado de consecuencias. Deja que sean ellos quienes valoren sus acciones.
9. Estableced hábitos y rutinas: las rutinas son importantes para llevar una vida ordenada y promover actitudes responsables. Enseña a tus hijos rutinas desde pequeños, como lavarse los dientes, recoger su habitación o dar prioridad a los deberes. En Kumon siempre aconsejamos realizar los cuadernillos a primera hora de la mañana porque la mente está más despejada y son solo 20 minutos, por lo que queda mucho día para jugar.
10. Despierta en tus hijos la pasión por aprender: en Kumon planteamos retos adecuados a la capacidad de cada niño y, de esta forma, incentivamos su motivación por encontrar soluciones y asumir nuevos retos de aprendizaje.
La disciplina positiva contribuirá a que tus hijos se conviertan en personas competentes, los ayudará a autogestionarse y despertará en ellos el interés por aprender mientras desarrollan la capacidad de gestionar sus propios procesos emocionales y de aprendizaje.