Los niños son sumamente demandantes y ceder a sus caprichos puede hacer que nos pierdan el respeto como padres; por eso es muy importante educarlos mediante la disciplina positiva. El objetivo de la disciplina positiva es ayudar a nuestros hijos a ser conscientes de las consecuencias de sus acciones e implica educarlos en la empatía y el respeto como motores de la conducta.

Los hijos no vienen con un manual de instrucciones; por eso, en nuestro afán de educarlos de la mejor manera podemos sufrir el síndrome de los padres helicóptero, es decir, convertirnos en padres que sobrevuelan la vida de sus hijos protegiéndolos en exceso, impidiéndoles madurar y asumir responsabilidades y generando una relación de dependencia que no los ayuda a convertirse en personas competentes. En este artículo, te damos algunas claves para evitar el síndrome de los padres helicóptero.

El hábito no hace al monje, pero el hábito de estudio sí forma una persona competente. En la vida es muy importante aprender a generar buenos hábitos en nuestros hijos. En el aprendizaje, el hábito de estudio los ayuda a ser disciplinados.

En una clase online al uso, un profesor dicta la misma lección a un grupo de alumnos de forma estandarizada. En una clase online de Kumon, el alumno cuenta con un orientador y dispone de materiales de estudio totalmente personalizados y adaptados a su nivel en todo momento, pues nosotros creemos que se puede compartir el mismo espacio virtual, pero no el mismo contenido. En Kumon no utilizamos mecanismos automatizados de programación, ya que los algoritmos son susceptibles de fallos de interpretación y están excesivamente estandarizados, y eso puede poner en riesgo el aprendizaje de cada alumno.

Los niños son curiosos por naturaleza y no es de extrañar que sus preguntas lleven a una retahíla interminable de «¿Y por qué?». El superpoder de los pequeños de la casa es buscarle respuestas a todo constantemente. Como padres, podemos alimentar su superpoder de aprender enseñándoles a hacerlo por sí mismos.