Cómo inculcar el hábito de estudio a nuestros hijos
El hábito no hace al monje, pero los hábitos de estudio sí forman una persona competente. En la vida es muy importante aprender a generar buenos hábitos en nuestros hijos. En el aprendizaje, el hábito de estudio los ayuda a ser disciplinados y a mejorar de manera exponencial su rendimiento académico.
Aprender algo nuevo cada día son 365 nuevas oportunidades de aprendizaje. Con pequeñas técnicas de estudio conseguimos grandes objetivos. Por ejemplo: si leemos un libro cada mes, en un año habremos leído 12 libros; si cada día aprendemos 5 palabras en inglés, al año habremos ampliado nuestro vocabulario en casi 2000 palabras nuevas y, si resolvemos 2 ejercicios de matemáticas cada día, en un año habremos resuelto 730 ejercicios.
Para el psicólogo Rafa Guerrero, «el estudio y el aprendizaje dependen de capacidades y habilidades que se pueden estimular desde que nuestros hijos son muy pequeños: atención, memoria, perseverancia… También podemos inculcarles hábitos de estudio relacionados con los aspectos académicos desde edades tempranas, pues sabemos que su cerebro tiene mayor capacidad de aprendizaje y adaptación. Atender a su desarrollo desde infantil los ayudará a adquirir una base sólida para seguir creciendo en las siguientes etapas escolares».
Por eso, uno de los primeros objetivos de Kumon es inculcar el hábito de estudio a nuestros alumnos desde pequeños. Aquí os ofrecemos ocho consejos para inculcárselo a vuestros hijos en casa:
- Crear un ambiente de estudio agradable con todo el material a mano donde disfruten aprendiendo.
- Evitar las distracciones manteniendo el televisor apagado y los móviles y videojuegos alejados para que se centren en los deberes y se fomente su capacidad de concentración.
- Ayudarlos a adquirir hábitos de estudio. Cristina Cabello, pedagoga, psicóloga clínica, máster en Psicología del Desarrollo Personal y coordinadora de Formación de Kumon, aconseja tener horarios fijos para estudiar a diario y «generar una inercia que hace que nos cueste menos ponernos a estudiar».
- Supervisar sin intervenir a menos que sea necesario: al principio necesitarán mayor supervisión hasta que interioricen el hábito de estudio y se convierta en rutina, por lo que hay que mostrarles que se confía en ellos y dejarlos evolucionar a su ritmo y con autonomía para que tomen las riendas de su aprendizaje.
- Establecer metas alcanzables contando con un plan de trabajo por objetivos y para ello se puede mantener una comunicación regular con sus profesores y definir unos objetivos de educación muy claros.
- Definir prioridades («Primero la obligación y después la devoción») transmitiéndoles la importancia de cumplir con los horarios de los deberes desde edades tempranas, pues hay tiempo para todo.
- Tener siempre un libro a mano para que se acostumbren desde pequeños a disfrutar de su compañía, ya que leer ayuda a estimular la capacidad de concentración, y esto a su vez favorece la agilidad mental para abordar una tarea.
- Elogiarlos, tal como dice Rafael Samper, pedagogo y coordinador de centros en la Oficina Regional de Kumon en Valencia: «Hacemos las cosas porque nos hacen sentir bien. Cuando nuestros hijos terminan sus tareas, tienen que sentir esa satisfacción personal de haber finalizado una tarea por sí mismos. Esta satisfacción la podemos reforzar como padres a través del elogio dando valor a esa actitud y a esa perseverancia que han manifestado durante la resolución de los ejercicios».
En Kumon promovemos la disciplina y el autodidactismo a través de rutinas de estudio tanto en los centros como en casa.